viernes, 14 de septiembre de 2012

Un fuerte estrés laboral aumenta las posibilidades de sufrir un infarto

Las personas que tienen trabajos muy exigentes y poca libertad para tomar decisiones tienen un 23 por ciento más de probabilidades de sufrir un ataque al corazón, en comparación con sus pares sin estrés laboral, según un estudio publicado en ‘The Lancet’, realizado en 200.000 personas de siete países europeos.

“La puesta en común de estudios publicados y no publicados nos ha permitido investigar la asociación entre la cardiopatía coronaria (CC) y la exposición al estrés laboral (definida por altas demandas laborales y el bajo control de decisión) con la mayor precisión conseguida hasta el momento”, explica Mika Kivimäki, del University College de Londres, quien dirigió la investigación.

Estudios previos que habían examinado el impacto del estrés laboral sobre la enfermedad coronaria no fueron consistentes en sus resultados, ya que eran de alcance limitado y estaban plagados de deficiencias metodológicas, incluyendo el sesgo de publicación y el sesgo de causalidad inversa.

En este nuevo meta-análisis Kivimäki y sus colaboradores analizaron la tensión laboral en trabajadores sin CC que participaron en 13 cohortes europeas –en Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Países Bajos, Suecia y el Reino Unido– entre 1985 y 2006. Todos los participantes completaron cuestionarios al inicio del estudio para evaluar la exigencia de sus trabajos, la carga de trabajo excesiva, la presión temporal y la libertad para tomar decisiones.

Los investigadores registraron 2.356 eventos de CC (un primer ataque al corazón no fatal o muerte coronaria) durante el curso de los 7,5 años de seguimiento. Los riesgos de CC fueron un 23 por ciento mayores en las personas que reportaron estrés laboral, incluso después de tener en cuenta factores como el estilo de vida, la edad, el sexo y el nivel socioeconómico.



Kivimäki añade que “reducir el estrés laboral podría disminuir la incidencia de enfermedades; sin embargo, esta estrategia tendría un efecto mucho más pequeño que la lucha contra los factores de riesgo habituales, como el tabaquismo y la inactividad física”.

En un comentario vinculado, Bo Netterstrom del Hospital Bispebjerg, en Copenhague (Dinamarca) señala que “la prevención de estrés en el trabajo podría reducir la incidencia de enfermedad cardiaca coronaria en un grado aun mayor que lo declarado por los autores en este estudio”. Netterstrom concluye que “la inseguridad laboral y los factores relacionados con el capital social y las emociones ganarán importancia en el futuro”.

La enfermedad coronaria, ya sea como infarto, angina de pecho o muerte súbita, provoca además elevados costos y “pérdidas elevadas de productividad laboral”, según un informe del Ministerio de Sanidad que cifra esos costos en 2.000 millones de euros anuales sólo en España, según datos de 2003.

Los autores del macroestudio creen que han podido investigar “con mayor precisión que nunca” la asociación entre la enfermedad coronaria y el estrés laboral, definido como una combinación de alta exigencia y bajo poder de decisión, según explica en un comunicado el principal autor del estudio, Mika Kivimäki, de la Escuela Universitaria de Londres. “Nuestros hallazgos indican que el estrés laboral está asociado con un pequeño, pero consistente, incremento del riesgo de experimentar un primer caso de enfermedad coronaria, como un ataque al corazón”, señala.

Kivimäki se corrige a sí mismo, ya que él mismo anunció en 2006 que el estrés laboral aumentaba un 50% el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria. En aquella ocasión, sólo examinó a unos 83.000 trabajadores. El autor recuerda que los estudios anteriores, incluido el suyo, contenían fallos metodológicos o llegaron a conclusiones inconsistentes.

Kivimäki y sus colegas sugieren que, si se eliminaran por completo los factores de estrés laboral, se ahorrarían el 3,4% de las enfermedades coronarias en los trabajadores. Una proporción “notable”, como dice Kivimäki, si se recuerdan los más de siete millones de muertes anuales por esta causa en el mundo. En cualquier caso, los investigadores subrayan que es un porcentaje pequeño si se compara con los efectos devastadores del tabaquismo y la inactividad física.

Si todo el mundo dejara de fumar, los casos de enfermedad coronaria caerían un 36%. Y si todas las personas hicieran ejercicio con regularidad, el descenso sería del 12%.



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